Es 8 de agosto, algunos medios y canales digitales titulan “sólo 25% de las mujeres alcanza el orgasmo femenino“, eso significa que sólo 2,5 -oramos por 3- de cada 10 mujeres experimentan orgasmos en su vida. Sin embargo, la mayoría de mis amigas – conocidas – conectadas, que se enteraron de este día-de colocan estatus jocosos, felices, clímax-ticos. Yo pienso con paranoia -y a lo stalker de esta era- ¿quiénes son las 7 que sonríen preguntándose en silencio si son ellas? -lo que es exactamente la prueba de que no lo han alcanzado.
Recuerdo a una amiga muy querida, con quien aún no se por qué perdí el contacto, regia, de palabras filosas y botas de cuero, sin miedo escénico, con consejos seductores. Era el efecto pavlov de los hombres en la oficina. Ahí estaba, sentada en una mesa conmigo y una botella de vino, hablando de sexo, como casi siempre. Entonces, entre una risa y un cuento, ella con inocencia me dice -“chica, ¿será que yo no he tenido un orgasmo?”. Yo tomé todo lo que quedaba en la copa, como quien alarga el tiempo, -“amiga ¿realmente lo dudas?”… el resto de la historia es parte del porcentaje.
¿por qué yo?
Sin feminismos rancios, pero con consciencia histórica, es necesario comprender que a pesar de los múltiples avances en la situación de género, la sociedad sigue siendo una madre de patrones psico-emocionales dañinos –no sólo para la mujer, pero es el tema que hoy toco.
Ancestralmente –y aún quedan restos sociales en algunas culturas- la mujer no podía sentir placer, de ahí que arrastremos las culpas, las etiquetas de prostitutas, indignas e indecentes si lo sentimos, peor aún si lo exploramos. De ahí que la cultura sexual no se base en una relación directamente proporcional entre el placer de uno y otro, sino en el placer propio.
Más que una victimización, estas cifras y sus razones, son un llamado de alerta. A las mujeres porque, como escribí “terapéuticamente” sobre el orgasmo, es una responsabilidad personal, como la felicidad. Y a la sociedad, porque al fin y al cabo es el repositorio de la psique colectiva.
¿Víctimas? En el tópico sexual una mujer que trate pública y abiertamente el tema, es puta. Una mujer que lo hable abierta y seriamente, es puta. Una mujer que lo disfrute con soltura, es (o fue) puta. Una mujer que lo tenga entre sus intereses, es puta. Una mujer que no parezca pero lo maneje bien, es puta. Una mujer que aparente ser muy diestra pero en la práctica no lo sea, sigue siendo puta ¿Exagerada? Coloquen 3 tweets públicos de sexo y lloverán babos@s y juicios.
La seriedad, dignidad, profesionalismo y “decencia” –marco moral- de una mujer se mide en función de cuan silente tenga su sexualidad.
 |
Ilustración de @La_Zurrapa |
¿Libertina? No. Soy libre, y apuesto a la libertad. Porque eso también hemos sabido banalizar como sociedad, la libertad. Nos quedamos en luchas enmohadas, buscando que las peras y las manzanas sean iguales, haciendo del hígado y su record etílico el barómetro de la “libertad”, y dejando en la cuenta de condones el orgullo de la “igualdad”. No es que eso esté mal o bien, es que cuando la esencia de la personas está despierta no hay dualidad, sólo somos, y ya. Sin “más que tú”, sin “menos que yo”. Sólo se es, y punto.
La libertad requiere de consciencia, de claridad, de autoconocimiento, de responsabilidad social, de compromiso individual, de amor puro, de magnetismo autoregenerativo, de certeza y de determinación. La libertad es autenticidad, sin caminos de rebaños, sin aceptaciones disfrazadas de negación. Y no estoy segura que eso motorice la “libertad” sexual que much@s dicen tener ¿por qué? porque si te sientes verdaderamente libre –y eso no ocuparía sólo el sexo-, el clímax no sería un “pero”. Ya que el orgasmo es la representación física de la entrega psicológica, emocional y espiritual –si se tiene la consciencia- ante la energía universal, ante el otro. Es el espejo de la confianza, es la convicción del merecimiento. Lo que sea capaz de sentir, es lo que pienso que merezco recibir.
¿Sólo 3 de cada 10 mujeres piensan merecerlo todo? ¿sólo 3 de cada 10 mujeres creen en sí mismas como creen en los otros? … ¿y hablamos de libertad sexual?
Entrega vs Cantidad
Para mí, como para algunos teóricos y elevados, el error está no en el tema, sino en el abordaje. La libertad sexual no es la cantidad –al contrario, esto puede significar un mecanismo de defensa psicológico.
Nuevamente, lo que importa es la calidad. Y la calidad viene dada en buena medida por la entrega, pero ¿cómo podemos entregarnos a otros si no nos entregamos a nosotras mismas? ¿cómo podemos ser sueltas con otros si no lo somos a solas? ¿cómo podemos dejar de sentirnos víctimas de otros si no dejamos de victimizarnos? Esto no es nada nuevo, es la misma estructura de “quien no disfrute de la soledad no podrá disfrutar de la compañía” –un tema muy profundo para los caracteres que llevamos.
Creo fielmente en la integralidad, y no la dietética, sino la humana. El equilibrio y la composición compleja y fascinante del ser humano. En esto la mujer es un ser divino, delicioso, rico en roles y en espectros. Ver a una mujer compleja y desenvuelta me parece lo más sexy del planeta. Pero no descubrí el agua tibia, la alquimia creía que la mujer estaba “compuesta” a su vez por tres mujeres o “esencias”: la madre, la puta y la bruja. Lo que evoca a otras sabidurías antiguas, donde la mujer es el vientre de la madre tierra, la que da luz al mundo (la madre), al mismo tiempo que es la chamana, la sanadora, la intuitiva, la que en su ser posee una gran conexión con los elementos y la divinidad (la bruja); sin dejar de ser la representación del magnetismo, de seducción y de belleza (la puta).
Por algo el sexo es la única manera de procreación, y la única forma de lograr el cometido es a través del orgasmo –al menos masculino-. Aunque leyendas antiguas hablen que sólo a través de su clímax, la mujer puede convertir en luz la energía recibida del hombre, por algo el hombre sólo “acaba” una vez, y el proceso de la mujer puede llegar hasta 40 orgasmos de alta intensidad.
¿Entonces qué? ¿vamos a seguir dejando el placer en manos de otros? ¿vamos a seguir gimiendo en prótesis y “fitness” para sentir la sensualidad que sólo un tercio de las mujeres es capaz de vivir? ¿vamos a seguir jugando a las mojigatas vs las putas?
El sexo es natural, no es “pecado original” es original y punto. No es la rueda que mueve al mundo, es una tuerquita que oxigena el cerebro, te libera de estrés, te quita el acné y mantiene el cerebro inteligente –beneficios biológicos del sexo-, no son 15minutos de los 3 que dura en promedio el acto sexual –que por cierto, te debería hacer soltar esa pareja disfuncional y/o egocéntrica. El sexo es sexo, sólo eso y mucho más.
Deja de gritarle a la vida y comienza a gritar de pasión, deja de forcejear con tu aceptación y comienza a forcejear con tus miedos en sus brazos, deja de taparte la cara para que no piense mal y ponte frente al espejo para que piense peor, deja de creer que ser una buena mujer es malgastar el cupón que te dio la creación: multi-orgasmo.
El día del orgasmo se lo debemos a una concejal brasilera, que se alarmó por las cifras, pero en lugar de atacar la causa, buscó un pañito caliente, darle el día libre a los hombres para que fueran a dar placer. El día del orgasmo es darle el día libre a las mujeres, porque la primera lucha es con nosotras, las demás son decisiones derivadas.
Like this:
Like Loading...
Related