La épica del emprendimiento está llena de imágenes literarias y mitos. El más importante: el/la todopoderos@ emprendedor(a), esa criatura cuasi mitológica que todo lo puede, lo sabe o lo aprende. What a hollywood character!
Ciertamente el perfil tiene un cóctel de actitudes y aptitudes lo suficientemente sexy como para contar una buena historia, sin embargo, en la vida real no hay guión y por muy integral que se sea -natural o aprendida- llega un momento en que para avanzar hay que asumir lo que se es, con sus áreas de experticia y sus carencias.
El papel de malabarista es ineludible cuando el emprendimiento está en sus primeras etapas, pero es insostenible en el tiempo, personal y laboralmente. El emprendimiento no sólo hay que asumirlo con valentía y pasión, sino también con madurez y humildad.