Una reunión más en la que hablamos cómo la migración venezolana ha cambiado el comportamiento del consumidor en x’s lugar del mundo. Un señor sentado incómodamente en un puff, rodeado de juventud y colores. Hace una pausa luego de describir los vinos de La Rioja. “Mis sueños se acabaron el día que bajé a la sala de mi casa y en lugar de nietos vi maletas. Las maletas de mis hijos… Yo no construí mi casa para verla vacía”. No hay quién rompa el iceberg de la migración.
Tag: generación
El equilibrio del emprendedor. El mito.
Una de las características del emprendimiento es la disolución de los límites físicos, mentales y emocionales de la vida personal y laboral. Yo diría que el precio que tenemos que pagar por vivir nuestros sueños es vivir 24×7 en ellos.
Suena romántico –y hasta deseable- eso de emprender para vivir en tu sueño SIEMPRE, pero luego del enamoramiento comienza la verdadera vida del emprendedor.
Nuestra generación ha vivido el nacimiento de constructos como workaholic, empoderamiento, emprendimiento, sustentabilidad. Nos ha tocado vivir con esto ronroneando nuestros ideales, pero ¿por qué nos han moldeado diferente? Porque ahora más que nunca andamos en la búsqueda del equilibrio. Continue reading
Tu marca no eres tú
La energía que se coloca en un proyecto propio es enorme, de hecho no sabemos que la tenemos hasta que nos lanzamos a esto de ser creadoras de nuestro propio sueño. Tampoco sabemos lo posesivas que podemos ser.
La maternidad es también creativa y como lo vemos en la humana podemos tener la excesiva preocupación, la profundización del estado de alerta, el síndrome de la esterilización, la promesa de la perfección… ¡oh las primerizas!
Sabemos que la mayoría de las madres pasarán por ahí, sin embargo no hay niños sanos emocional, espiritual y socialmente bajo la histeria del novato. La maternidad también debe madurar, delegar, despedirse en el colegio –y revisar la tarea-, emocionarse con las sorpresas del acto de fin de curso, comprender al fin y al cabo que lo gestaste, lo maduraste, lo trajiste al mundo material y siempre te sentirás responsable, pero no eres tú –aunque sea tuyo-. Continue reading
#SobreSerJefa
Si hay algo desafiante en esta vida es ser líder. Ese punto casi químico dónde lo humano, lo matemático y lo áurico confluyen.
Todo mundo tiene una percepción súper poderosa del liderazgo. A la palabra “jefa” le proceden una cantidad de arquetipos tan leoninos como supernaturales. Se cree que es la mejor posición, la más favorecida, la más condescendiente. WRONG!!!!!
Ser jefa ha sido uno de los roles más difíciles de mi vida, asumirlo con la responsabilidad de la investidura te hace tener de la noche a la mañana un montón de vidas sobre las cuales influir, a quiénes atender, escuchar, enseñar y comprender.
No las prefieran brutas, no es necesario
Estudios recientes indican que los hombres ensueñan mujeres inteligentes y empoderadas pero, a la hora de concretar las prefieren de menor nivel intelectual y de seguridad que los propios. Básicamente, dicen los estudios, porque sienten amenazada su propia inteligencia, pero especialmente su rol.
A ver, sí, hay niveles intelectuales y sí, hay empoderamiento femenino –tal y como lo hay masculino, gay, transexual, etc’s-, la sexualidad ni el género hacen la diferencia en la percepción de estima, inteligencia y seguridad personal. La pareja debe dejar de mirarse como una amenaza aún cuando por consentimiento amoroso seamos absolutamente vulnerables cuando nos entregamos a ella. ¿Creen que esto cambia con el género o la inclinación sexual? –no debería-.
No más (auto)entierros
Live nutty.
Just occasionally.
Just once in a while.
And see what happens.
It brightens up the day.
-Leo Buscaglia-
Aunque Venus no esté en Acuario –que lo está al momento de escribir este artículo- toda mujer necesita conocer el poder de su “locura”, “rareza”, “originalidad”, “payasada”, “estilo” y cualquier otro adjetivo con el que se hayan acostumbrando a etiquetar –y sepultar- su unificidad.
No siempre es fácil, pero es sabroso
Supongo que este título me serviría también para hablar de la convivencia en pareja, pero hoy lo uso para hablar de emprendimiento o vida de negocios.
Parecido a lo que les escribí en el artículo sobre el proceso del emprendimiento, hoy recopilo esa noción generalizada de los finales felices, el amor instantáneo y en recta ascendente. No existen. Pueden lucir así en un tuit, pueden las depresiones pasar desapercibidas en una cuartilla, en 30 o 90 minutos audiovisuales. Pero lo cierto es que vivir los sueños no es como se sueña.
Emprender NO es el deporte de moda
Miro la cantidad de personas, programas de estudio y “personal branding” hablando de emprendimiento que no puedo evitar hacer la analogía con la fiebre del running. Al menos en mi país las tendencias son más propensas al esnobismo que al despertar.
Si bien cabría perfectamente comparar el emprendimiento con un maratón, esto no es un deporte de moda.
Más allá de los estudios, tengo cinco años viviéndolo, y les puedo asegurar: no se trata de frases de autor, ni de fotos bonitas, no es una página web, no es deporte… Es entrenamiento, resistencia, creatividad, flexibilidad, y mucha mucha motivación.
Lo primero que tenemos que invertir: tiempo
Emprender siempre va a tener un costo, pero lejos de lo que muchos piensan, la primera inversión de un proyecto no es en metálico, es el valor de nuestro tiempo.
Siempre digo que no conozco a nadie sin ideas de emprendimiento, sólo conozco mucha gente que no ha encontrado el valor de perseguir sus sueños.
La mayoría de los argumentos para NO desarrollar un emprendimiento giran alrededor de “no tengo dinero”. Se nos ha olvidado tanto el valor propio que sólo creemos que se puede invertir dinero. Continue reading
¿Qué hacer con la otra?
Hace unos meses un artículo que escribía para hablar de lo que merecemos y lo que no -y de cómo yo me di cuenta de eso- resultó polémico por la forma en la que me referí a “la otra”, adjetivo que además usaron los lectores, porque yo hice todo mi esfuerzo para escribir “la chica”.
Siempre admiré a una amiga que mientras le estaban poniendo cuernos –y ella lo sabía- hablaba de “la muchacha”, también lo hice con quienes podían referirse sin decoro “la perra esa”. Y como la mayoría de las que leemos acá, siempre he tenido una sensibilidad hacia la evolución del género que incluso fue promesa de año hace bastantes “no insultar a ninguna mujer” decía mi papelito.