No las prefieran brutas, no es necesario

Estudios recientes indican que los hombres ensueñan mujeres inteligentes y empoderadas pero, a la hora de concretar las prefieren de menor nivel intelectual y de seguridad que los propios. Básicamente, dicen los estudios, porque sienten amenazada su propia inteligencia, pero especialmente su rol.

A ver, sí, hay niveles intelectuales y sí, hay empoderamiento femenino –tal y como lo hay masculino, gay, transexual, etc’s-, la sexualidad ni el género hacen la diferencia en la percepción de estima, inteligencia y seguridad personal. La pareja debe dejar de mirarse como una amenaza aún cuando por consentimiento amoroso seamos absolutamente vulnerables cuando nos entregamos a ella. ¿Creen que esto cambia con el género o la inclinación sexual? –no debería-.

Aún cuando la polémica tiene tela de sobra entre psicólogos, sexólogos y laboratorios sociales, muy humilde -y empíricamente- creo que las inseguridades por las que se “rechazan” a las mujeres que consideran más inteligentes son, en parte por complejos personales y en parte –buen trozo- por percepciones desviadas intencional o inconscientemente de nosotras, las mujeres.

Me gustaría hacer un ensayo sobre esto –quizás le gane a la economía de la redacción-, pero empezaré por decirles principios básicos que también compartimos nosotras “las inteligentes y empoderadas”:

-Queremos que nos invites a salir y pagues la cuenta –no por chulearte, sino por sentirnos halagadas-.

-Nos gustan los detalles románticos –el nivel depende de la persona, y del venus, no del género-; así que tranquilo, los clichés funcionan siempre y cuando sean auténticos.

-No leemos mentes, ni sabemos lo que piensas. De hecho, suele sucedernos que lo que sabemos no nos funciona, porque el amor es sentir no pensar.

-No hacemos exámenes de cultura general –ni de materias especiales-, la buena conversación sigue siendo cuestión de química, empatía e inteligencia sí, pero no de intelectualidad.

-Si nos gustas, nos gustas por lo que eres y por lo que quieres tú mismo ser, no haremos de ti un proyecto.

-Sí, somos más difíciles de engañar, amenazar, manipular… pero si eso es lo que quieres de una relación no te mereces ni “a las brutas”.

-No somos perfectas –aunque padezcamos sus síntomas-, ni somos un control remoto –aunque tengamos que dar instrucciones a diario-, te confieso que de hecho son males que nos afectan y que si eres una buena pareja serás de gran apoyo para darnos cuenta de lo que hacemos mal y queremos corregir.

-Queremos que sigas siendo el hombre de la relación, el que nos proteja, nos tome fuerte de la mano, nos defienda, nos ceda el puesto, nos abra la puerta, nos presente a sus seres queridos, nos abrace, nos des-abrace por la noche sin darnos cuenta, nos sorprenda, nos impregne de su perfume, nos haga molestar porque se le olvidó una fecha… nos diga “te quiero” y lo sienta.

….

Lo más importante quizás, es decirte que como tú, tenemos dudas, debilidades, destrezas, penas, inseguridades y lagunas mentales. No somos más, ni menos que tú. Somos nosotras y nos gusta serlo a plenitud –esa es la diferencia-.

La próxima vez que puedas invitar a salir a una chica “inteligente y empoderada” no te sientas amenazado, no termines eligiendo a “la bruta” para sentirte más seguro, no hace falta.

Nosotras no queremos competir contigo, queremos amarte. Y si tienes nuestro interés seguramente es porque también será un honor tenerte a nuestro lado, así que por favor, no las prefieras brutas, tú también mereces algo mejor.