Si de escribir se trata

A veces la tiranía del tiempo, otras la deuda con el sueño, algunas la sensatez de las vísceras esperando la calma individual o colectiva… El hecho es que no siempre estoy para poner en letras la inmediatez de unas ideas que deja la estela de la realidad.

Desde la última vez pasaron campañas políticas, viajes, puertas de las que tire la llave a ese río que llaman “es lo mejor”,  secretos develados a cuatro gritos, verdades guardadas…… La vida pues, ha pasado la vida.
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Para 1 por favor

Para mí es casi tradición, para mi papá es una ceja levantada y un “ella es así”, para mi mamá es chévere -bueno, para ella todo es chévere y/o egoísta-, para mi hermana -la mediana- es una vaina rara “sólo ella”, para mi hermana mayor es casi motivo de lástima; para desconocidos puede ser desde un “estás loca” con tono de looser hasta un tangencial “oye, interesante” -enfatizo en lo de la tangente.
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La sexitud de la querendura

Entrada la experiencia de vida, la piel y el espíritu agarran camino. La memoria sensorial pasa a ser nuestro filtro de lo que queremos -o lo que no queremos en el caso de mucho alboroto-, no es tanto la planilla de exigencias en calidad de barreras, como los gustos y preferencias que entre cicatrices y sonrisas nos hemos ido construyendo.
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La mujer en Venezuela——————> CASI un animal de cría

Para el psicólogo clínico Cesar Landaeta, autor de varios libros en la materia, las mujeres pueden ser blanco fácil de violencia aún sin tener precedentes infantiles “sino que algunas vivencias que han generado sentimientos de culpa (por ejemplo, fantasías agresivas contra los padres o hermanos) pueden llevar a que la mujer, inconscientemente busque parejas castigadoras”.
Landaeta asegura que “algunas mujeres criadas desde niñas en un medio familiar violento o a quienes se les ha enseñado que el hombre es superior y deben someterse a sus mandatos, están en mayor riesgo de padecer maltratos. También, aquellas que tienen una autoestima muy baja y las que sufren de alguna patología emocional, la cual las puede llevar a buscar castigo. Estas mujeres pueden soportar por mucho tiempo un trato agresivo y dañino”, añadiendo que “existe una creencia popular de que a la mujer le gusta un hombre fuerte y que, en el fondo, busca el maltrato. Desde luego, tal cosa es falsa, pero se mantiene como un patrón estereotipado en la mente de las personas”.
Aún cuando la autoestima es un factor que influye en la tolerancia a la violencia, Cesar Landaeta apoya la tesis de la influencia cultural, explicando que “el factor autoestima es tan solo una parte del problema y no precisamente, el más importante. El mensaje social es el más dañino en el impulso de la violencia contra la mujer”. Landaeta reflexiona específicamente sobre la cultura venezolana: “los sistemas valorativos de la sociedad venezolana deben ser revisados profundamente. En ellos hay rasgos persistentes de un pasado en el cual, la mujer era una especie de esclava o de animal de cría, aún cuando a veces se proclame públicamente lo contrario”.
De hecho, para el psicólogo clínico, “la prevención es la mejor herramienta. Lo primero sería mejorar el nivel de crianza de los niños, enseñándoles a respetar a sus semejantes, mediante el respeto que se les debe a ellos mismos como personas. A los varones debería vacunárseles contra el virus del machismo y, de la violencia como recurso para resolver problemas. La mujer debería por su parte, aprender a valorarse, sin depender excesivamente de que sea tomada en cuenta por el hombre para sentirse bien”, agregando que “La prevención de la violencia física comienza por una buena y respetable identidad psicológica. El mundo sería mejor si esto último fuera más tomado en cuenta”.
“La mayoría de las mujeres que han sufrido un grado severo de violencia, experimentan stress post traumático, grados altos de ansiedad y pueden desarrollar, según el caso, fobias u otros trastornos psicológicos” comenta Landaeta. 
Definitivamente no es un daño menor el que padece la víctima, y es por esto que debe prevenirse lo más posible estas situaciones, para esto es vital conocer ¿cómo es un posible agresor? 

“El agresor es un hombre poco desarrollado emocionalmente, con severas carencias íntirnas que busca compensar a través del desprecio y la violencia hacia la mujer. En patologías psicóticas y en quienes existen elementos homosexuales reprimidos o no aceptados en su totalidad, también pueden darse patrones de violencia hacia el sexo opuesto. Para decirlo en pocas palabras, un “macho” que vive de su vanidad y su arrogancia.” 

 
 
NOTA: esta entrevista fue realizada en 2010, para un reportaje de investigación donde se describe ampliamente la situación de la Violencia Contra la Mujer en Venezuela. El reportaje ha sido recientemente publicado, aquí lo tienen –Víctimas de violencia evitan denunciar por temor a una “doble agresión”